Interbolsa, codicia y otros demonios

Pensar que para Adam Smith el bienestar general de la sociedad depende del aprovechamiento del egoísmo inteligente es una idea estrecha de su visión del hombre. También resaltó la prudencia como la máxima virtud en el ser humano y la necesidad de la confianza, sobre todo en los banqueros, para que las notas de cambio que se transen valgan tanto como el oro.

Los damnificados del descalabro financiero de Interbolsa son de todas las estirpes: universidades, empresas, fundaciones, comunidades religiosas, del sector salud y financiero, la misma Bolsa de Valores y Deceval, e instituciones del Estado como la DIAN.

Denuncian que a través de Interbolsa se les ofreció el producto Premium, con un perfil conservador (rentabilidad estable y riesgo moderado), y que los creadores de este fondo motivaron una oferta agresiva incentivando a los corredores de Interbolsa con altas comisiones y otros beneficios por captar clientes.

Y que con estos recursos se hizo un presunto manejo fraudulento, de autopréstamos a la sombra con fines de lucro personal: una triangulación entre accionistas de Interbolsa, empresas filiales, recursos en el exterior y el fondo Premium, para retornar a algunos miembros del holding Interbolsa y especular en Repos de Fabricato.

Los afectados denuncian aprovechamiento de asimetrías de información (utilización indebida de información privilegiada, abuso de confianza, administración desleal), y estafa agravada (operaciones no autorizadas por accionistas o asociados, concierto para delinquir).

Que cuando les ofrecieron la ficha técnica de la inversión no se detallaban los activos subyacentes para evitar que el mercado imitara las bondades del producto ofrecido, y que el fondo sostuvo a sus clientes, hasta que se hundió el barco, que el portafolio se encontraba en perfectas condiciones y con riesgos de mercado prácticamente inexistentes. Pero todo era sotto voce en los corredores financieros, y los encargados de regular el sistema.

La Bolsa de Valores, el Autorregulador del Mercado de Valores y la Superintendencia Financiera podían ser acusados de pánico económico o tenían impedimentos técnicos o de intereses para intervenir.

Solo hoy la investigación comienza a recorrer los pasillos de la Fiscalía, y cada vez hay más documentos que muestran que el problema se sabía desde 2009.

Y la fila de afectados de todos los matices hace pensar que la ambición pudo jugar partido: un mutuo consentimiento entre accionistas y asociados, al no tratarse de un producto financiero conservador.

La autorregulación de un mercado tiene como pilares la información perfecta y la racionalidad, que son ficción.

Una ideal comisión de seguridad de productos financieros, que provea información y oriente al consumidor a la toma de decisiones, y que prevenga riesgos sistémicos a toda la economía, es fundamental y no existe en Colombia.

Pensar que para Adam Smith el bienestar general de la sociedad depende del aprovechamiento del egoísmo inteligente es una idea estrecha de su visión del hombre.

También resaltó la prudencia como la máxima virtud en el ser humano y la necesidad de la confianza, sobre todo en los banqueros, para que las notas de cambio que se transen valgan tanto como el oro.

Autor: Docente David Tobon Orozco

El texto fue publicado en Elcolombiano.com